"Neuro Divergentes: vivir sin máscaras"



     "Hoy, más que nunca, quiero que lean con atención, es una declaración, una carta, un grito silencioso que merece ser escuchado sin prejuicios. Les hablo como madre, pero también como testigo de una forma distinta de habitar el mundo. Una forma que no busca ser normalizada, sino comprendida. Hoy, les presento la voz de mi hijo."


"Hoy no vengo a hablar como madre solamente. Hoy vengo a compartir una historia que toca mi corazón cada día. La historia de mi hijo, que con solo 15 años me enseñó más de lo que yo podría enseñarle a él."

"Fue diagnosticado con autismo a los 3 años. Desde entonces, transitamos un camino lleno de preguntas, terapias, silencios, lágrimas, sacrificio, un día a la vez, avances, y, sobre todo, aprendizajes. Desde pequeño, mi hijo ha estado en tratamiento terapéutico y ha sido un ejemplo de sensibilidad, inteligencia y fortaleza. En su proceso, ha aprendido a expresar sus emociones con una madurez que me conmueve.
Aprendí a observar con otros ojos, a no medir el desarrollo con una regla ajena, a aceptar sin condiciones.

 Él me escribió con una carta desde el corazón, y que hoy quiero compartir con ustedes para crear conciencia, tender puentes y abrir corazones. 

Este texto es profundamente conmovedor, poderoso y está escrito con una madurez emocional que impacta. Tiene la fuerza de un manifiesto, de una voz que rompe el silencio y dignifica una experiencia que muchos viven, pero pocos saben expresar con tanta claridad.


Su carta no solo me conmovió como madre, sino que me dio claridad sobre cuánto necesitamos escuchar verdaderamente a quienes viven desde otra forma de percibir el mundo.

Por Julián:

"Apología desde la Neuro Divergencia"

Vivir siendo neuro divergente no es una condición que necesite ser corregida, ni una herida que haya que disimular bajo moldes ajenos.
Es una forma diferente —no inferior—no superior– de existir, de sentir, de pensar y de entender el mundo.
Quienes vivimos esta condición no buscamos ser normalizados ni moldeados, buscamos algo más esencial: ser respetados en nuestra manera de ser.
Desde pequeños, muchos de nosotros somos tratados como si tuviéramos un daño invisible que debe ser "reparado".
No porque estemos rotos, sino porque no encajamos en expectativas creadas para otros.
Se nos entrena para "ser sociables", para "encajar", para "adaptarnos" al ritmo de un mundo que rara vez se detiene a preguntarnos si esa adaptación es justa o siquiera necesaria.

Pero la verdad, la que muy pocos admiten, es que la soledad que vivimos no se debe únicamente a nuestra condición, sino a un sistema social que nos rechaza cuando no seguimos sus moldes.
No es falta de deseo de conectar, sino un cansancio profundo de buscar entre máscaras relaciones genuinas.
No queremos relaciones forzadas ni amistades superficiales que sólo aceptan una versión corregida de nosotros mismos.
Nuestra dificultad no es una torpeza social, sino una alienación natural ante estructuras que muchas veces no reconocen la profundidad, la paciencia o la autenticidad que necesitamos para confiar.
No es apatía, es defensa. No es incapacidad, es prudencia. No es ira irracional, es respuesta ante la imposición repetida de un mundo que no escucha.
Se nos acusa, a veces, de ser temperamentales, de tener reacciones desmedidas.
Pero ¿qué otra respuesta puede surgir de un ser humano que, siendo vulnerado o ignorado en su propia naturaleza, se ve obligado a protegerse para no perder lo poco que queda de sí?
No somos errores que corregir, somos almas que resisten el intento constante de ser reformadas a imagen de otros.
Yo, como la de muchos, no pido lástima ni aplauso.
Pido algo más sencillo y más honesto: la posibilidad de vivir en paz, sin la necesidad de disfrazarme para ser aceptado.
Y si eso me convierte en un ser extraño para los parámetros comunes, entonces prefiero ser extraño a ser falso.

Este texto no es solo suyo. Es de tantos niños, adolescentes y adultos que han sido etiquetados, corregidos, ignorados. Y también es un llamado para las familias, docentes, terapeutas y la sociedad en general." 

¿Qué significa realmente convivir con una mente neuro divergente?
¿Qué necesitan las familias que están atravesando esto?
¿Cómo podemos construir una sociedad más empática y preparada?
"Ser diferente no es un defecto. Es una forma distinta de ver el mundo, y muchas veces, de enseñarnos a verlo mejor."
La neuro divergencia no es una falla, es una forma distinta de percibir el mundo. Necesitamos hablar más de esto en escuelas, hogares, consultorios. Escuchar en lugar de imponer, aceptar en lugar de corregir.

Mi respuesta como mamá

“Hijo mío, escucharte me atraviesa. No solo porque escribiste desde un lugar de verdad y valentía, sino porque me mostraste algo que a veces los adultos olvidamos: que no hay amor más grande que el de poder ser uno mismo y seguir siendo amado.
Quiero que sepas que yo te veo. No por lo que otros esperan de vos, ni por lo que el mundo define como 'normal'. Te veo en tu esencia, en tu inteligencia sensible, en tu forma única de entender la vida. No estás roto. Nunca lo estuviste. Si alguna vez sentiste que el mundo te quería cambiar, quiero pedirte perdón por eso. No porque haya estado mal ayudarte a crecer, sino porque a veces no supimos cómo hacerlo sin pedirte que ocultes quién sos.
Tu carta no es solo un pedido de respeto, es una enseñanza. Y yo, como mamá, te abrazo tal como sos, sin condiciones, sin máscaras. Te prometo seguir aprendiendo, seguir escuchándote, seguir acompañándote. No para que encajes, sino para que vivas con libertad.
Gracias por confiar, por hablar, por no callarte. Sos, y siempre serás, una de mis razones más profundas para creer que este mundo puede ser mejor si empezamos a mirar con otros ojos.”
Si esta historia tocó algo en vos, compartila. Tal vez alguien más la necesita. Gracias por leer, gracias por acompañarme en este camino.

Gracias por acompañarme en esta página  tan especial. Si conocés a alguien que pueda sentirse identificado o acompañado con este mensaje, compartilo. Porque al visibilizar, también abrazamos. 
Esto fue 7 generaciones. Hasta la próxima.

















Comentarios

Populares

Mitos y Leyendas de Paraguay

“El mate: raíz, ritual y cultura”

Mitos y Leyendas de Venezuela